Dulce soledad que me acompañas y que en las noches te duermes a mi lado, con tu presencia hueca te recuestas, y me das entre las sombras tus manos. Dulce soledad, amiga mía, no me dueles ni me haces daño, aprendí a necesitarte y a estar a tu lado. Dulce soledad, pobre soledad, nadie te quiere y yo, sin embargo, te agradezco los silencios y el espacio, las horas que me escuchas atenta, y tus ojos y tu cuerpo imaginario.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Com era fa temps

Volia cercar imatges dels vaixells a vela quan encara no hi havia motors. I així he arrivat a un document de l a TV3 molt mes complet que el que jo havera pogut fer. Les barques de vela de la mediterrania, tant les que eixen al reportge, els llauts de les illes Pitiuses o les barques costeres i de l'albufera de Valencia, son en esencia, herencia de milers d'anys de navegació al Mediterani.