Una vez recolocados en la pequeña salita, con menos frio debido a las aportaciones de calor humano recibido, se hacia el silencio. Si habia alguna pelicula que hiciese volar mi imaginación, donde mi cuerpo se quedaba huérfano de mente, era esa en la que la primera imagen de la película se veia la imagen de un velero antiguo acompañada de una banda sonora con sonido fastuoso, esa música orquestral con muchos graves y fanfarrias de las peliculas de los años 40-50 sobre los viajes y aventuras en mares y océanos. Las novelas de Julio Verne, Robert Louis Stivenson, Daniel Defoe, que hablaban de las singladuras de antiguos marinos en los siglos de oro de las colonias y que fueron el entretenimiento de tantas meriendas de pan y escaso chocolate. Aquellos heroes siempre con blusa atada a la cintura, espada en mano y aferrados al obenque de proa sobre el botalón del barco. por que no hay barco pirata que se precie sin botalón y baupres. Errol Flyn, Burt Lancaster, Gregory Peck como los heroes a los que un niño pretendia emular. Quizás aún profundizaban más dentro de mi al ser la película del mismo color que los sueños humanos, en blanco y negro, penetrando de lleno en el mundo mágico de las esperanzas. En escasos años, Naranjito, el mundial de España y el plan renove Telefunken me descubríeron que esas películas eran a color. Cuanto daño hizo ese mundial y Lamo Castillo. Pero lo que despertaba un nuevo mundo de ilusión y aventura era la frase; "Los Mares del Sur". En todas, el capitan ponia rumbo a los mares repletos de peligros, aventuras y singladuras; ese paraiso mágico de aventura,al lugar que lo resume todo, los Mares del Sur . Aún hoy, cada vez que escucho esa frase mi mente se llena de luz y salobre, viento fresco, aventura y libertad. Los mares del Sur eran ese lugar del globo indetermidado, repleto de aventuras no vividas, islas por descubrir y tesoros enterrados. Creo que no me he hecho demasiado viejo al seguir sintiendo eso, al llenarse mis ojos de ilusión tan solo con escuchar esa frase. Puede que sea viejo si cuando escucho Sur solo pienso en agujero de ozono,humedad y moscas.
(mapa de los Mares del Sur de Chatelain 1719)
¿Pero como acotar los mares del Sur? ¿Donde están? Jamás un término concreto posicional ha sido tan abstracto. Si nos ceñimos a R.L. Stevenson hablariamos de Samoa y limítrofes donde ideó sus historias, la Isla del Tesoro. Pero los mares del Sur eran mucho mas. No solo venian determinados por el Ecuador y los 3 grandes cabos del Sur, Agujas, Lewin y Hornos. Los mares del Sur se apoderan de mares al Norte del Ecuador, como el Caribe, o como los mares profundos y duros del Norte de Escocia, donde Walter Scott relata la novela de "El Pirata". O incluso en el Mediterraneo, "El conde de Montecristo" de Alejandro Dumas. El mismo Jack london en su novela, como no, "Los mares del Sur" con una simple carátula de un bergantin y una palmera, a plumilla, ya nos hace viajar a esos mundos sin explorar y sin posicionar, solo con la evocación de aventura, viento y salitre. Es más, incluso islas de ficción, nuestra imaginación las ha situado en las rutas de estos mares. Quién no recuerda la famosa isla de Tacatuca, donde Pipi Langstrum recupera el cofre del tesoro de su padre pirata.
Como en el diario que Robinson Crusoe (Daniel Defoe) llevaba en su isla, "en el año de nuestro señor MMXII, espero y deseo que los Mares del Sur sigan iluminando durante toda mi vida el espiritu de aventura y libertdad con el que crecí"
Como en el diario que Robinson Crusoe (Daniel Defoe) llevaba en su isla, "en el año de nuestro señor MMXII, espero y deseo que los Mares del Sur sigan iluminando durante toda mi vida el espiritu de aventura y libertdad con el que crecí"