Dulce soledad que me acompañas y que en las noches te duermes a mi lado, con tu presencia hueca te recuestas, y me das entre las sombras tus manos. Dulce soledad, amiga mía, no me dueles ni me haces daño, aprendí a necesitarte y a estar a tu lado. Dulce soledad, pobre soledad, nadie te quiere y yo, sin embargo, te agradezco los silencios y el espacio, las horas que me escuchas atenta, y tus ojos y tu cuerpo imaginario.

jueves, 2 de abril de 2015

Aquarius

Un veler amb espirit, Com em va dir una bruixa, hi havia una bonica història d'amor. Tractaré de descobrir-la.
 

Veler de fusta clavada en bronze. Documentació anglesa però pareix ser que fet a països vikings. Set metres de elegància, de sobria línia marinera, amb tot el sabor d'un clàssic. I el timò com Deu mana, a la canya.